jueves, 10 de mayo de 2012

Así nos vamos a ver. VOl.2

Así nos vamos a ver. Vol.2


En esta nueva entrega de "Así nos vamos a ver", os presento un fandango emiliomoruno en el que nuevamente podemos comprobar que Emilio Jiménez fue claro sucesor del mismísimo Nostradamus al dejarnos ver sus dotes premonitorias. Hay que reivindicarlo dentro de la canción de autor contemporánea.
Al mismo tiempo desde aquí propongo la letra para que se cante en cualquier jota, rondeña, o fandango por rondas y cuadrillas para la próxima fiesta de San Isidro, siempre y cuando la Inquisición lo permita claro y solicitándolo en tiempo y forma al Menesterio del Enterior.

Fandangos del Año 41 (Félix de Utrera y Emilio El Moro)

Del año 41
vamos a conocer el hambre,
del año 41.
Nos quedamos como alambres
y telarañas en el culo,
por la gloria de mi madre.

Están de moda las huelgas,
las cárceles atestás,
están de moda las huelgas.
Los ladrones a protestar,
que entran por una puerta
y por la otra se van.

(Esto último que se lo digan a Iñaki, que de momento aún ni ha entrado por la puerta. La gente va a empezar a salir con el "Rifle Tigre", marca España).

(Para escucharlo: http://bajarmp3.net/descargar_a515956 )

domingo, 6 de mayo de 2012

Así nos vamos a ver VOL.1

ASÍ NOS VAMOS A VER VOL.1 - Las predicciones de Emilio

No sé si será algo tan sencillo como mirar cuarenta años atrás o si se trata del talento futurólogo de Don Emilio Jimenez Gallego, pero revisando sus letras, una vez más, parece que podemos leer el futuro inmediato de nuestra España.
Son varias las canciones en las que sus letras, que parecían viejunas y anacrónicas, se convierten en artículos del desaparecido diario Público (sigue su labor on line). Para empezar les dejo con esta En Tierra Extraña (En tierra extremeña) :
A la izquierda pueden leer el texto original de Carreño/ Fernández de Sevilla/ Penella y a la derecha la maravillosa adaptación de Emilio El Moro. La sutileza emiliomoruna para llevarse el tema a donde él quiere vuelve a ser bestial, qué tío para hacer parodias.
Los textos los he sacado de la web  www.emilioelmoro.es, a la que doy gracias por no denunciar (hasta la fecha) mi usurpación internaútica. 
En el link también podéis escuchar las dos canciones en cuestión, la original cantada por Conchita Piquer y la de Emilio el Moro.

EN TIERRA EXTRAÑA


Voy a contarles a ustedes
lo que a mi me ha sucedido
es la emoción más profunda
que en mi vida yo he sentido.

Fue en Nueva York, en la Nochebuena
que yo preparé una cena
p'a invitar a mis paisanos.

Y en la reunión, toda de españoles
entre vivas y entre oles
por España se brindó.

Pues aunque allí no beben
por la ley seca,
y solo al que esta enfermo
despachan vino.
Yo pagué a peso de oro una receta
y compré en la farmacia
vino español.
¡Vino español! ¡Vino español!.

El vino de nuestra tierra
bebimos en tierra extraña
que bien que sabe ese vino,
cuando se bebe... lejos de España.

Por ella brindamos todos
y fue el fin de aquella cena,
la Nochebuena más buena
que soñar pudo un español.

Más de pronto se escuchó
un gramófono sonar.
Callar todos, dije yo
y un pasodoble se oyó
que nos hizo suspirar.

Cesó la alegría,
ya todos lloraban,
ya nadie reía,
todos lloraban.

Y oyendo esta música
allá en tierra extraña,
era nuestro suspiro,
suspiros de España.



Voy a contarles a ustedes
lo que a mí me ha sucedío,
aquello fue el lío más grande
que en mi vía me he metío.

Fue en Badajoz, una Nochebuena,
que yo preparé una cena
p'a invitá a dos coreanos.

Y en la reunión, toda de pastores,
con bellotas y alfajores,
y allí reventamos tos.

Fue en el tiempo de guerra
sin desarrollo,
y no llevaban agua
ni los arroyos.
Yo compré de estraperlo una receta
y compré en la farmacia
un litro de alcohol.
¡Vaya un alcohol! ¡Que ardimos tos!.

El vino que fabricamos
bebimos en tierra extremeña,
y vi a los dos coreanos
dando trompazos... contra una peña.

Allí no brindaba nadie,
y fue el fin de aquella cena,
la Nochebuena más mala
que soñar pudo un español.

Más de pronto se escuchó
una burra rebuznar.
Quietos todos, dije yo
que la vamos a ordeñar,
pa guisarla tiempo habrá.

Llegó la alegría,
la burra gritaba,
y todos bebían,
yo sólo ordeñaba.

Y oyendo el rebuzno,
y allá en la montaña,
vinieron to los burros
y gitanos de España.